Escasas las horas donde pude hallarte,
tan pura y serena, tan suave y eterna.
El margen de error ya no cuenta,
he traspasado los límites y tus ojos aún,
me develan una historia incompleta.
El pelo crece, tu espalda lo siente, tus hombros
lo sostienen. Luces distinta, tan rara, tan nueva.
Solo te veo, solo te sueño en tiempos lejanos
donde éramos sólo dos, con los pies descalzos y
la risa altiva.
Vuelvo a pensar que nada es para siempre,
dos extremos que se enfrentan al deseo de lo eterno.
Vivir lo instantáneo de forma duradera, siempre es
posible recordar, por eso seguimos acá.