sábado, 9 de mayo de 2009

Certeza


Vacío que hiere, presencia que aniquila, que persiste en la penumbra. Las hojas siguen cayendo, pronto abrigaremos el esperado olvido, el fatídico llanto. Despegarse de esa piel que corroe, que se alimenta de ese falso recuerdo, de esa errada mirada.

Vanas palabras, mudas de sentido. Monólogo infinito ¿Qué espero? Envejecer de posibilidades no realizadas, de utopías maquilladas.


Relojes martirizados por un tiempo infeliz, insatisfecho. Excusas que no concilian el sueño. Ya no quiero esperar, voy en busca de otros tiempos, de otras palabras, colmadas de significados presentes, de literalidad amena. Dulces ojos iré a encontrar, sonrisas sinceras y abundante realidad. Me despido, con la simpleza que merecen estas letras,

Adiós.