lunes, 8 de marzo de 2010

Oímos, ¿Escuchamos?

No solo algunas personas quedan inmersas en un mundo de silencio, creo que todos alguna vez habitamos ese mundo. Diversas ideas, sueños, interpretaciones, miedos y deseos han surgido de largas horas de silencio.

Hace tiempo me di cuenta que no solo se puede tener la palabra en la punta de la lengua, sino también en la punta de los dedos, no solo se habla con la boca, también se habla con las manos.

El entendimiento no sólo se basa en saber escuchar, sino en saber comprender, en saber ver, en saber sentir.


Hoy aprendí que estamos muy equivocados acerca de algunas cosas, que vivimos equivocados y principalmente que no sabemos escucharnos, aún pudiendo oír.


“Las teorizaciones o creencias nacidas del desconocimiento suelen tornarse irrebatibles”

María Luisa Benedetti.

domingo, 28 de febrero de 2010

Ceguera


Grietas que se abren, gritos que retumban desde el fondo. Manos que no alcanzan para contener tanto dolor, tanta hambre, tanta injusticia. Naturaleza hambrienta de sangre, horror en el aire, estamos malditos por la ignorancia y la insensibilidad. ¿Cuanto más debe destruirse, cuantos más deben hundirse para que otros salgan a flote?

Subyugados bajo nuestro propio puño, seres de condición errante, los humanos arrasamos con nuestra especie, sin temor borramos con la indiferencia y la intolerancia, el sudor y el esfuerzo de nuestros pares. Basta de odios y venganzas, de sin razón y ceguera, formamos parte de este mundo y es nuestra responsabilidad mantenerlo en pie, porque YA se está cayendo a pedazos.

jueves, 18 de febrero de 2010

Sin ganas

Sin ganas de vos, de mí, de un refugio gris o una cuerda floja, sin ganas de saltar a un precipicio o revolcarme en pedazos de carbón caliente.
No me motivan los rastros de Sol a través de la ventana de mi cuarto, ni tu voz a medio despertar. Mi deseo se extingue, se disuelve entre mis dedos y mi alma se desmorona lentamente.
Quiero despertar de este eterno letargo, quiero hacerlo ya. Y si vuelvo de esta muerte a medio andar, me quedaré sin palabras ante tus versos.

martes, 2 de febrero de 2010

Sin razón

Cuando la vanidad y la codicia le ganan a la razón, el alma del hombre se vuelve miserable y vacía.

lunes, 18 de enero de 2010

Imagen de vidriera

Ella se ve, se siente, se vuelve diferente a su lado. Tan solo una imagen captura su inseguridad y se vuelve cruel y ambiciosa. Es tan solo una imagen, la que derrama sus lágrimas y vuelve oscura su mente.

No hay nada invisible a los ojos para ella, se transforma y se cuelga de sus sobras como una indigente sin nombre. Se torna sombría y la falsedad de sus sonrisas congela los sueños venideros.

¿Qué buscas, que esperas, que quieres? Se dice así misma para alivianar el dolor que produce la diferencia.

¿Y que se consigue con eso de la imagen? Algunos consuelos y fama espontánea, todo decae en pocos segundos y la imagen debe continuar; pose segura, cumplidos garantizados. ¿Somos para otros y por otros o simplemente una calcomanía con el pegamento vencido?

sábado, 2 de enero de 2010

The L Word


Sólo mujeres actuando la vida real, con la capacidad para mantener en vilo a miles de otras mujeres que esperan con ansias otro desafortunado desenlace u apasionada escena. Con un íntimo, escandaloso y enorme sentido de la sensibilidad logran llenar los cuerpos de esos personajes. Drama, característica vital para hacer posible una verdadera realidad, porque la vida es drama, un sarcasmo irremediable. Que la finitud de lo visible no nos haga mirar para otro lado, siempre hay más, ese “otro” detrás de cada persona, lo que la hace auténtica, aquello por lo que vale la pena intentarlo.

martes, 22 de diciembre de 2009

Quédate conmigo

Un año más o uno menos, depende del lado que se mire. Tenía la sensación que serían un par de años más los que te tendría conmigo, entre idas y vueltas, encuentros y desencuentros, peleas, ausencias, tristeza, deseos, reproches, esperanzas, que sé yo.

Pero todo se decidió de un día para el otro y una vez más me quedé callada, preferí el anonimato, la no presencia, aunque nunca dejaste de estar presente en mí. Mi ser forma parte de tu ser, mis palabras, mis rasgos, mi vida. Y no puedo creer que no estés, ya no más. Es inevitable la sensación que produce la certeza de la no existencia, del adiós.

No puede ser un adiós, no para vos. Entonces quédate siempre conmigo, no me gustan las despedidas.