domingo, 10 de mayo de 2009

Viejos Tiempos



El pelo ya no cubre toda su piel, ya no es rubio o colorado, ahora su color es indefinido, tenue. Su rostro y sus manos ya no tienen la firmeza de antaño. Sus pies ya no pisan con fuerza. Cada escalón perturba su andar, la mirada fija en cada paso, en cada momento de esa vida, ahora más débil.

La mira, como una diva que baja las escaleras del éxito y el éxito está en regresar a su lado, así, sonriente. La espera, ve su vida en cada rasgo de su rostro.

Cuentan las monedas, ¿pedirán otro café? Quizá es tarde ya ¡Vamos querido! Se alejan despacio, como en una procesión, no sé hacia donde van, solo sé que llegarán juntos.